A Message From Yvonne Armstrong, 1199SEIU President

We Lead Because We Must By 1199SEIU President Yvonne Armstrong
We are living through another defining moment for our union, our patients and our country. And just like generations of 1199ers before us, we are being called to lead.
For more than 90 years, 1199 members have stood at the heart of the fight for justice—organizing workers, transforming jobs, protecting healthcare and defending our communities. We’ve led civil rights movements, passed landmark healthcare laws and raised standards across the industry. Our strength has always come from our unity, our clarity of purpose and our willingness to fight when it matters most.
Today, it matters more than ever.
This summer, Republican leaders in Washington, D.C. passed what I’m calling the “Big Ugly Bill”—a name that still doesn’t fully capture the harm it will cause to working families. This bill slashes Medicaid by $1 trillion. It’s the largest cut to healthcare in U.S. history. Every single hospital, nursing home, clinic, pharmacy and homecare agency where 1199 members work will feel the impact.
But healthcare isn’t the only target. The bill also cuts SNAP and other food assistance programs that millions—including many of our members and their families—depend on to put food on the table. At a time when costs are rising, this bill takes away the basics: care, food and dignity.
The token giveaways—like a narrow tax break on overtime—are temporary and riddled with loopholes. They’re meant to distract us from the truth: This is a massive transfer of wealth away from our communities and into the pockets of the ultra-rich.
And that’s not all. While gutting essential programs, the bill quadruples federal funding for immigration raids and detention. That means more ICE raids, more fear in our workplaces and more families torn apart.
In Brooklyn, for example, 1199 member Cassandra McGuire told us that staffing is worsening at her nursing home—not because there aren’t enough workers, but because immigrant caregivers, regardless of status, are afraid to show up. The fear of being questioned, detained or swept up in an ICE raid is real—and it’s creating a crisis in care.
In Massachusetts, 1199 PCA Janice Guzman joined SEIU’s Justice Journey to Louisiana and saw the horrific conditions in ICE detention centers—where people are packed into cages, denied medical care and in some cases, have died from neglect.
When our co-workers are targeted, when fear replaces safety on the job, when patients go without care and families without food, it weakens all of us. 1199 has always stood for the dignity and humanity of every worker. Our fight must include standing with immigrant members and defending the programs our communities rely on. We don’t back down when any of us is under attack. We fight together, win together and move forward together.
That’s why Secretary-Treasurer Veronica Turner-Biggs and I launched our unionwide Listening Tour—visiting worksites, talking with delegates and meeting members across all five states. We are hearing your ideas, your concerns and your priorities. And we are building a real plan of action—together—that puts members at the center.
Because our power doesn’t come from the top. It comes from each of us doing our part.
That includes taking political action. These cuts didn’t happen by accident—they’re the result of elections where the wrong people got into power. The only way we stop these attacks, take back the House and win for working families is by organizing politically with the same unity we bring to our contract fights.
Here’s the truth: The only way we change the direction of this country is by organizing at full strength. That means building power at the ballot box and in the streets. And that starts with each of us. When we show up together—armed with our stories, our strategy and our solidarity—there’s nothing we can’t do.
THIS SECTION IS PAID FOR BY 1199SEIU UNITED HEALTHCARE WORKERS EAST
Lideramos porque debemos Por la Presidenta de 1199SEIU, Yvonne Armstrong
Estamos atravesando otro momento decisivo para nuestro sindicato, nuestros pacientes y nuestro país. Y, al igual que a las generaciones de integrantes de 1199 anteriores a nosotros, se nos llama a liderar.
Durante más de 90 años, los miembros 1199 han estado en el centro de la lucha por la justicia, organizando a los trabajadores, transformando empleos, protegiendo la atención médica y defendiendo a nuestras comunidades.
Hemos liderado movimientos por los derechos civiles, hemos aprobado leyes históricas de atención médica y hemos elevado los estándares en toda la industria. Desde siempre, nuestra fuerza proviene de nuestra unidad, nuestra claridad de propósitos y nuestra voluntad de luchar cuando más importa.
Y hoy en día, es más importante que nunca.
Este verano, los líderes republicanos en Washington, D.C. aprobaron lo que yo llamo el “proyecto de ley desagradable”, un nombre que todavía no capta completamente el daño que causará a las familias trabajadoras. Este proyecto de ley recorta $1 billón de Medicaid. Es el mayor recorte a la atención médica en la historia de los Estados Unidos. Todos y cada uno de los hospitales, hogares de ancianos, clínicas, farmacias y agencias de atención domiciliaria donde trabajan miembros de 1199 sentirán su impacto.
Pero la atención médica no es el único objetivo del proyecto de ley. También recorta el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (Supplemental Nutrition Assistance Program, SNAP) y otros programas de asistencia alimentaria de los que dependen millones de personas, incluidos muchos de nuestros miembros y sus familias, para llevar comida a la mesa. En una época en que los costos están en aumento, este proyecto de ley elimina lo básico: el cuidado, la alimentación y la dignidad.
Los obsequios simbólicos, como una reducción impositiva limitada sobre las horas extra, son temporales y están plagados de vacíos legales. Existen para distraernos de la verdad: se trata de una transferencia masiva de riqueza de nuestras comunidades a los bolsillos de los multimillonarios.
Y eso no es todo. Al mismo tiempo que destruye programas esenciales, el proyecto de ley cuadruplica los fondos federales para las redadas y detenciones de inmigrantes. Eso significa más redadas del servicio de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement, ICE), más miedo en nuestros lugares de trabajo y más familias destrozadas.
En Brooklyn, por ejemplo, Cassandra McGuire, miembro de 1199, nos dijo que la dotación de personal en su hogar de ancianos está empeorando, no porque no haya suficientes trabajadores, sino porque los cuidadores inmigrantes, independientemente de su estatus, tienen miedo de ir a trabajar. El miedo a ser interrogado, detenido o arrestado en una redada de ICE es real, y está creando una crisis en la atención médica.
En Massachusetts, la asistente de cuidado personal de 1199 Janice Guzmán se unió a la campaña Justice Journey de SEIU y fue hasta Luisiana; allí vio las condiciones horribles en los centros de detención de ICE, donde las personas están hacinadas en jaulas, se les niega atención médica y, en algunos casos, han muerto por negligencia.
Cuando nuestros compañeros de trabajo son atacados, cuando el miedo reemplaza la seguridad en el trabajo, cuando los pacientes se quedan sin atención y las familias sin comida, nos debilita a todos. En 1199 siempre hemos defendido la dignidad y la humanidad de cada trabajador. Nuestra lucha debe incluir apoyar a los miembros inmigrantes y defender los programas de los que dependen nuestras comunidades. No retrocedemos cuando alguno de nosotros está siendo atacado. Luchamos juntos, ganamos juntos y avanzamos juntos.
Es por eso que la secretaria y tesorera Veronica Turner-Biggs y yo lanzamos nuestra “Gira de escucha” (Listening Tour) en todo el sindicato, un evento en la que visitamos lugares de trabajo, hablamos con delegados y nos reunimos con miembros en los cinco estados. Escuchamos sus ideas, sus preocupaciones y sus prioridades. Y estamos construyendo un verdadero plan de acción, juntos, que se enfoca en los miembros.
Porque nuestro poder no viene de arriba. Viene de que cada uno de nosotros haga su parte.
Eso incluye la adopción de medidas políticas. Estos recortes no ocurrieron por accidente, son el resultado de elecciones en las que las personas equivocadas llegaron al poder. La única manera de detener estos ataques, recuperar la Cámara de Representantes y ganar para las familias trabajadoras es organizándonos políticamente con la misma unidad que tenemos en nuestras luchas contractuales.
Esta es la verdad: la única manera de cambiar el rumbo de este país es organizándonos con toda nuestra fuerza. Eso significa construir poder en las urnas y en las calles. Y eso comienza con cada uno de nosotros. Cuando vamos juntos, armados con nuestras historias, nuestra estrategia y nuestra solidaridad, no hay nada que no podamos hacer.