Todos sabemos que lo que comemos afecta la forma en que nos sentimos físicamente. Pero, ¿sabían que lo que comemos también afecta nuestra salud mental y emocional? De hecho, estudios han demostrado que una alimentación que consta principalmente de alimentos enteros y no procesados puede ayudar a reducir el riesgo de depresión, ansiedad e incluso el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Los buenos alimentos nos hacen sentir bien. Hay que admitirlo. Consumir alimentos con los que crecimos nos ayuda a seguir conectados con quiénes somos, nuestras familias y nuestra herencia. Simplemente necesitamos lograr que los alimentos que disfrutamos sean más saludables. Y podemos hacerlo. No solo soy médico, también soy cocinero. Disfruto preparar comidas para mi familia, especialmente en las fiestas. Con los años, aprendí a incorporar cambios saludables para ciertos ingredientes en mis platos de cocina haitiano criolla tradicionales, como sustituir la salchicha de cerdo por salchicha vegana o cambiar algunos de mis métodos de preparación, como hornear en lugar de freír. También he probado nuevos ingredientes, como la linaza, que puede estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, reducir la presión arterial, bajar los niveles de colesterol y mejorar nuestro estado de ánimo. Tiene un sabor suave similar a las nueces con una consistencia crujiente y crocante, y puede agregarse a casi cualquier desayuno o producto horneado. La uso en batidos, avena, cereales y, a veces, en muffins que suelo hornear con mi hija.

Como su médico del Fondo de Beneficios, realmente los aliento a probar nuevos ingredientes y conocer cambios simples y saludables de alimentos, como reemplazar arroz blanco por arroz integral, quínoa o incluso un camote.